Muchas cosas han cambiado en este lugar del norte de Francia desde la llegada
de sus primeros moradores, los parisii, en el siglo III a.C. Este grupo de origen
celta se instaló sobre la Isla de la Cité, en el río Sena,
amurallaron su virgen territorio y lo bautizaron con el nombre de Lutecia. Después,
más de 2.000 años de historia han forjado y transformado la región
que hoy conocemos como París, la capital de Francia y, según los
parisinos, del mundo. Esta ciudad es una parada obligada en cualquier viaje que
recorra el continente europeo. Sólo en un año 6.000.000 de visitantes
contemplan la ciudad desde el punto más alto de la Torre Eiffel y, en el
mismo tiempo, un número parecido de personas se acerca a Notre Dame o al
Sacré Coeur. Si madrugas y te levantas antes que el sol, podrás
ver amanecer en cualquier punto de París sin los molestos enjambres de
turistas.
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