Muchas personas piensan que pueden pasarse la vida fumando marihuana y que el efecto que sentirán cuando lo hagan siempre seguirá siendo el mismo. Eso es, al menos, lo que piensan. Pero la realidad es bien distinta. Porque en sesiones habituales de consumo de cannabis, lo que ocurrirá es que cada vez desarrollaremos más tolerancia y eso impedirá que sintamos los mismos efectos. Pero al aumentar el consumo más y más, lo que estaremos haciendo será afectar más a nuestro organismo de una manera negativa.
Esto nos enseña, primero, que el consumo continuado es nocivo y muy poco recomendable. Es malo consumir marihuana de forma esporádica, pero todavía es peor hacerlo de una manera habitual. Porque las sensaciones que transmite la droga al consumirla de una manera esporádica desaparecerán totalmente. Y os encontraréis con que si queréis volver a sentir esos efectos tendréis que consumir cada vez una mayor cantidad. Esto os llevará a un bucle terrible y peligroso que es muy posible que termine (o continúe) en el momento en el que toméis la decisión de consumir una droga más intensa para volver a tener los subidones originales.
Como podéis ver, se trata de una muy mala idea, de un plan que solo puede llevarnos al fracaso y de una situación que es poco recomendable por mucho que seamos fuertes de voluntad y creamos que podemos dejar las drogas en cualquier momento.
Lo único que se puede decir sobre la marihuana es que es cierto que el nivel de tolerancia desaparece en un reducido espacio de tiempo. ¿Qué quiere decir esto? Significa que las personas que consumen de una manera esporádica no están desarrollando cada vez una mayor tolerancia, sino que esta se eleva y se reduce de forma automática con cada espacio de tiempo en el que descansemos. Pero dejando esto de lado, tengamos en cuenta que es recomendable no consumir marihuana por entretenimiento y dejarla para los enfermos que realmente la necesitan por orden de sus médicos.