Son muchas las ocasiones en las que hemos visto cómo una mujer embarazada bebía alcohol, aunque solo fuera un poquito. Por fortuna, no es algo extendido, pero sí que hay algunas mujeres que por un motivo u otro deciden romper esta norma que todos los médicos recomiendan cumplir. ¿A qué se están exponiendo cuando lo hacen? ¿cuáles pueden ser las consecuencias del consumo de alcohol durante el embarazo?
La mala noticia es que hay una gran cantidad de efectos secundarios. Por ejemplo, los niños pueden nacer con una cabeza más pequeña de lo normal o sufrir defectos faciales. También es algo que puede llegar a tener un efecto directo en la altura del niño, en su volumen de peso y en la capacidad de su memoria.
Los niños podrían presentar a lo largo de su vida algunos problemas derivados, como un alto nivel de mala coordinación y un comportamiento hiperactivo. También sufrirían una mayor dificultad para poder mantener la concentración y prestar atención, lo que implicaría dificultades para obtener unos buenos resultados en clase. Los expertos hablan acerca de cómo esto puede materializarse sobre todo cuando el niño esté aprendiendo matemáticas, una asignatura donde necesitará su mayor nivel de concentración.
Otras de las posibles consecuencias son que el niño no tenga una capacidad para razonar equivalente a la de los demás niños o que no sea capaz de hacer juicios de la misma forma. Podría tener un retraso en la capacidad para aprender el lenguaje, para hablar, pensar o alcanzar un coeficiente intelectual más bajo de la media e incluso una posible discapacidad mental.
El consumo del alcohol también puede llevar a que los niños tengan problemas en la visión, audición, succión o en la capacidad para dormirse. Hay algunos órganos que también podrían sufrir problemas o malformaciones, como los riñones, corazón o los huesos.