El tabaquismo es considerado como la principal causa prevenible de enfermedad y muerte prematura. La investigación lo ha asociado con un número considerable de enfermedades, por lo que la reducción del consumo de tabaco se ha convertido en uno de los principales desafíos.
Riesgos psicológicos:
- Dependencia psicológica - Reacciones de ansiedad y depresión ligados a la dificultad para dejar el tabaco.
De los múltiples riesgos sanitarios demostrados resaltamos:
- Faringitis y laringitis - Dificultades respiratorias - Tos y expectoraciones - Disminución de la capacidad pulmonar - Úlcera gástrica - Cáncer pulmonar - Cáncer de boca, laringe, esófago, riñón y vejiga - Bronquitis y enfisema pulmonar - Cardiopatías: infartos de miocardio y anginas de pecho
El tabaquismo, o dependencia del tabaco, es difícil de superar aún cuando el fumador se encuentre motivado para ello. Al dejar de fumar es habitual la aparición del síndrome de abstinencia, cuyos síntomas más frecuentes son: ansiedad, irritabilidad, insomnio, dolor de cabeza, fatiga, aumento del apetito, dificultad de concentración, etc.
Este síndrome, que aparece a las pocas horas de terminar el último cigarrillo, puede durar de siete a diez días. El deseo de encender un cigarrillo puede mantenerse durante años.
El tabaco es consumido en busca de relajación y concentración, pero tiene otros efectos fisiológicos no deseados:
- Disminución de la capacidad pulmonar - Fatiga prematura - Merma de los sentidos del gusto y el olfato - Envejecimiento prematuro de la piel de la cara - Mal aliento - Color amarillento de dedos y dientes - Tos y expectoraciones, sobre todo matutinas.
|