Existe un grupo de compuestos químicos orgánicos de origen natural, al que pertenecen las hormonas sexuales, que recibe el nombre de esteroides.
Estas hormonas esteroides se producen, principalmente, en testículos y ovarios, y su principal representante andrógeno, o masculino, es la testosterona. La testosterona cumple en el organismo dos cometidos:
uno es androgénico, o masculinizante, que es responsable de los caracteres sexuales masculinos primarios (desarrollo y funcionamiento de los órganos sexuales) y secundarios (vello facial, reparto corporal de la grasa, tono de voz grave, acné, etc.)
el otro es anabolizante, o constructivo, que es el de ser responsable del desarrollo de los tejidos en general y de la musculatura, en particular.
El término anabolizante se utiliza de forma coloquial para referirse a los esteroides anabólicos androgénicos (o anabolizantes andrógenos) obtenidos, de forma sintética, como derivados fundamentalmente de la estructura química de la testosterona. Estos productos los emplean algunos deportistas. Los fabricantes intentan casi anular su efecto androgénico, pero la realidad es que siempre suman éste al efecto anabolizante buscado, lo que es causa de algunos de sus efectos adversos o no deseados (por ejemplo, retirada de la regla, reducción de los senos y aparición de acné y vello facial en las mujeres, atrofia de los testículos -con posible esterilidad- y desarrollo de los senos en los hombres).
Habitualmente se consideran drogas
Si bien podrían no considerarse drogas en el sentido convencional del término, se mencionan frecuentemente como tales tanto por la tendencia de sus consumidores a abusar de dichas sustancias como por la existencia de una auténtica dependencia psíquica de ellas. Además, su uso implica riesgo de trasmisión de infecciones u otras enfermedades (derivado del intercambio de jeringuillas o de su adquisición, sin control, en el mercado negro) y cantidad y variedad de efectos patológicos adversos (daño cardiaco y hepático, bloqueo del crecimiento corporal, aumento de la agresividad, desórdenes psicóticos y neuróticos, y riesgo de muerte por sobredosis, entre otros).
Como sustancia dopante, su uso en el deporte se encuentra controlado en España por el Consejo Superior de Deportes mediante listas cerradas elaboradas y propuestas por la Comisión Permanente Antidopaje. A escala internacional, el control lo ejerce la Agencia Mundial Antidopaje, que elabora listas que el Comité Olímpico Internacional acepta y propone a los países miembros para su adaptación a las listas nacionales.
Puedes obtener información sobre el dopaje (doping) dentro de la página web del Consejo Superior de Deportes y en otros enlaces de interés, como el Comité Olímpico Internacional y la Agencia Mundial Antidopaje.
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