Las anfetaminas están indicadas para el tratamiento médico de diversos trastornos, entre los que cabe citar: la narcolepsia, o forma severa de somnolencia diurna, y la hiperactividad infantil, respecto a la que actúa con un efecto paradójico. Aunque pueden presentarse de otro modo, su consumo recreativo habitual se produce en forma de pastillas o comprimidos.
A menudo se añaden a la composición de las drogas de síntesis, como el éxtasis. Una de las anfetaminas más frecuente en el mundo de las drogas ilícitas es el sulfato de anfetamina, conocido en lenguaje callejero como speed (del inglés velocidad).
Generalmente se presenta en forma de polvo y se consume por inhalación, como la cocaína, con la que comparte los riesgos asociados a esta vía de administración (daños sobre la mucosa nasal, etc.). El speed también puede presentarse, como el resto de las anfetaminas, en forma de comprimido.
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