Aunque muchos padres creen que hablar con sus hijos menores sobre las drogas es prematuro, los beneficios no pueden ser más evidentes:
Es la única forma de asegurarte de que la información que reciben es la correcta.
Conocerán tus puntos de vista, así como los motivos que los justifican.
Serás para ellos un interlocutor válido si en alguna ocasión se encuentran en situaciones problemáticas.
Publicaciones de interés
Si pinchas aquí podrás acceder a dos publicaciones realizadas por el Plan Nacional sobre Drogas para orientar a los padres a la hora de enfocar este tema con tus hijos. Busca en la página del Plan Nacional sobre Drogas los siguientes títulos:
-Drogas: guía para padres y madres. -Actuar es posible: La prevención de las drogodependencias en la familia.
El siguiente texto está extraído de la guía 'Drogas: Más Información, Menos Riesgos', editada por el Plan Nacional sobre Drogas y que puedes obtener gratis pinchando aquí y enviando tu dirección postal:
Las presiones al consumo de drogas crecen y parece cada vez más normal tomarlas, pero no lo es ni debe serlo. Los padres pueden hacer mucho para prevenir esta conducta.
La familia es el principal entorno protector frente al consumo de drogas, aunque también puede convertirse en un entorno de riesgo en condiciones adversas.
Hay una gran cantidad de elementos preventivos que pueden ser potenciados por los padres y que se convierten en los más importantes factores de protección para sus hijos. Veamos algunos de ellos:
- Los valores: En la familia se aprenden los principales valores del ser humano, aunque la escuela y el entorno también influyen. Si usted es padre o madre, no delegue en otros esta importante función. Dedique tiempo a sus hijos, transmítale los valores que para usted son importantes, y muestre coherencia entre lo que usted dice y lo que hace. Los niños, especialmente durante la adolescencia, son muy sensibles a las contradicciones en el decir y el hacer de los padres.
- La comunicación: hable con su hijo, manténgase al tanto de lo que hace, de sus gustos e inquietudes. Dedique un tiempo al día a hablar con él. Sólo con una buena comunicación con los hijos, en un clima de afecto, logrará usted crear vínculos fuertes que protejan a su hijo de influencias externas negativas.
- La supervisión parental: saber lo que sus hijos hacen, con quién, dónde están, etc., es uno de los más importantes factores de protección. ¿Sabía usted que el consumo adolescente de drogas tiene una gran relación con los horarios de vuelta a casa por la noche? Se ha demostrado que las posibilidades de que un adolescente se emborrache se multiplican si el regreso a casa se retrasa más allá de las doce de la noche. En concreto, los jóvenes de entre 14 y 18 años que salen durante las noches del fin de semana y llegan a casa después de medianoche multiplican por 2,5 veces la posibilidad de emborracharse en relación con los adolescentes que llegan antes de esa hora.
- El estilo educativo tiene una fuerte influencia en la aparición de problemas de conducta en los hijos. Se habla de tres patrones educativos:
• El autoritario, que impone normas pero no enseña, no educa. • El estilo laissez-faire: ni impone ni educa, deja a los hijos máxima libertad en sus decisiones. • El estilo positivo: establece normas y límites con el objetivo de que sean asimilados e interiorizados, es decir, que sean verdaderamente educativos. Estas normas y límites se adecuan a la edad y a la capacidad de tomar decisiones de cada hijo, tanto en su contenido como en la manera de imponerlas. Este estilo fomenta la autonomía. Para ejercerlo se necesita dedicar tiempo a estar, compartir y comunicarse con los hijos. Pero, ¡ojo!: comunicarse con los hijos no significa negociarlo todo con ellos. Habrá cosas que usted considerará no negociables.
- Fomente hábitos de vida saludables, estimule a sus hijos para que realicen actividades positivas que les gratifiquen y que les sirvan para ocupar su tiempo libre en el futuro.
- Ayúdele a crearse una imagen positiva de sí mismo. Fíjese en sus virtudes y dígaselas; esto le ayudará a quererse, cuidarse, sentirse seguro de sí y ser menos vulnerable a las influencias externas negativas.
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