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La cifra de embarazos se ha duplicado en una década entre las chicas de 14 a 17 años en Cataluña |
La Vanguardia - 14/07/2003
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JOSEP CORBELLA “Habrá que actuar”, dijo ayer (10/07/2003) el conseller de Sanitat, Xavier Pomés, tras señalar que el número de embarazos en la población de 14 a 17 años de Catalunya ha aumentado de 4 por cada mil adolescentes en 1990 a 9,2 en el año 2000. Habrá que actuar, pero ¿cómo? Aún “tenemos que buscar las fórmulas –dijo Pomés–, pero no crean que vamos a tardar años”.
La prevención de los embarazos en la población adolescente es una de las asignaturas suspendidas de la sanidad y la educación en Catalunya. Según los objetivos del Pla de Salut definidos en 1992, el objetivo era conseguir que los embarazos en menores de edad no superara la tasa anual de 4 por cada mil chicas al llegar al año 2000. Y aunque la tasa se mantuvo estable por debajo de los 5 por mil hasta 1996, después se disparó. En sólo tres años, desde la tasa de 5,1 registrada en 1997 hasta el 9,2 del 2000, el aumento fue de un 80%, según datos del Departament de Sanitat.
Un estudio de la unidad de adolescentes del Institut Dexeus ya detectó en 1999 que alrededor de un 25% de los menores de edad prescindían alguna vez o a menudo del preservativo en sus relaciones sexuales. Este fenómeno no sólo ha incrementado los embarazos no deseados en este grupo de edad –dos tercios de los cuales acaban en aborto en Catalunya–, sino también el contagio de enfermedades de transmisión sexual.
1.023 embarazos en el año 2000
En cifras absolutas, en Catalunya se registraron 1.023 embarazos en chicas de 14 a 17 años en el año 2000. De ellos, 669 acabaron en abortos y 354 en nacimientos.
No se trata de un problema exclusivo de Catalunya. Según un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) presentado la semana pasada, en el conjunto de España, la tasa de embarazos en menores de edad aumentó de 7,42 por mil en 1990 a 10 por mil en el año 2000.
“Seré el primer defensor de que tenemos que emprender acciones”, dijo ayer Pomés, quien reconoció que “tendremos que aplicar la máxima pedagogía para convencer a todo el mundo de que esto es necesario”. Cuando se le preguntó si se volvería a plantear la idea de instalar máquinas expendedoras de preservativos en los institutos, que Sanitat ya propuso en enero del 2002, cuando era conseller Eduard Rius, y que debió retirar ante el rechazo de algunos sectores católicos, Pomés señaló: “No tenemos por qué inventar nada nuevo. Hay que mirar qué hacen los países de nuestro entorno y plantear ideas aceptables para la mentalidad de aquí”. |
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