Esta es una de esas cosas que nunca querrías que te ocurrieran y que se podría convertir en una de tus posibles peores pesadillas. Le ha ocurrido a un hombre de Northumbria, en Reino Unido, quien posiblemente no se esperaría que el día terminara así cuando un policía paró su vehículo con la intención de hacer una revisión rutinaria en la que solo eran sospechosos porque el coche «olía demasiado fuerte a marihuana».

Teniendo en cuenta que en el coche no se encontró nada y que el olor, en general, no tendría que haber sido un factor detonante de una detención, lo que pasó después fue mala suerte. El hombre en cuestión al que paró la policía tenía el problema de hablar poco inglés.

Sabía que todo estaba en regla en el coche, o dicho de otro modo, que no había ninguna sustancia dentro que le pudiera incriminar. Por eso quiso comunicarse de una forma adecuada con el policía. Pero tuvo un problema: su inglés es bastante malo, no siendo suficiente como para mantener una conversación tan delicada como esa. Ante esa situación, lo que hizo el extranjero fue navegar por su móvil para ir al traductor de Google y así poder traducir lo que quería decirle al policía.

No obstante, antes de llegar al traductor, el detenido cometió un error demasiado doloroso: sin querer le enseñó al policía un vídeo donde se podía ver una gran plantación de marihuana. Ante la situación, la policía detuvo al hombre y también al otro chico que le acompañaba, y les acusaron de posibles productores de droga de clase B.

Lo siguiente que hizo la policía fue ponerse manos a la obra con las direcciones de los carnés de los detenidos a fin de intentar encontrar la casa donde tenían la plantación de marihuana. Y poco después lo lograron: encontrar toda la plantación. Al llegar, la policía se encontró con más de 600 plantas en un estado de producción de lo más profesional.

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