Estados Unidos intenta regularizar la marihuana a nivel federal para que sea tratada de la misma manera en la que se trata al tabaco o el alcohol. Eso significaría que su venta estaría regulada y que todas las operaciones de marihuana tendrían sus correspondientes impuestos. Dicho de otra manera, la teoría indica que se terminaría el consumo ilegal y la venta no regulada en las calles. No obstante, no todo el mundo está de acuerdo con ello.
Son varios los políticos que están haciendo presión para que la propuesta no llegue a finalizarse. En especial, Heidi Swan, de la asociación Parents Opposed to Pot, que está atacando duramente a esta decisión para que la marihuana nunca se legalice de forma global en el país.
Su testimonio puede ser determinante, ya que habla desde la experiencia. Cuenta cómo ella misma, cuando estaba en la adolescencia y fumó marihuana algunas veces, llegó a experimentar una situación en la que no sabía dónde estaba ni con quién estaba. Con el tiempo descubrió que lo que le pasó tiene nombre: psicosis inducida por el cannabis.
Ataca, sobre todo, a cómo esta sustancia no es ni mucho menos natural, ya que se produce de forma ultraprocesada y en su preparación toman parte productos como el aceite de hachís de butano, el cual es peligroso tanto para las personas que consumen como para aquellas que trabajan con él.
La psicosis producida por el cannabis es uno de los efectos adversos en el consumo excesivo de la marihuana o también en casos en los que la persona que está consumiendo tiene alguna condición, como ser sensible a problemas psicóticos. En ese caso, la marihuana actúa como un detonante que puede llegar a causar daños tan graves como la esquizofrenia.
Swan comenta que su hermano, por ejemplo, pasó una década sufriendo esquizofrenia debido al consumo excesivo de marihuana. Ahora lucha contra esta sustancia.