En la vida estamos acostumbrados a algunos hábitos en los que quizá no nos detenemos demasiado a pensar si hay algo con ellos que quizá no sea del todo beneficioso para nosotros. Por ejemplo, tenemos costumbre de beber bebidas energéticas e incluso de ver cómo personas jóvenes las consumen. Y ahora hemos descubierto, debido a un estudio, que su consumo puede estar ligado a las posibilidades de caer en una adicción a las drogas en el futuro.
El estudio lo ha realizado la Universidad de Maryland, que ha seguido la vida académica de 1100 estudiantes universitarios a lo largo de cinco años. Se les hizo un seguimiento entre los 21 y los 25 años partiendo de un dato inicial en el cual alrededor del 51% de los estudiantes eran consumidores muy intensos de bebidas energéticas. Del total, un 17% afirmaba que las tomaban de forma moderada y un 20% no consumía ningún tipo de bebida con grandes cantidades de cafeína. Hasta completar el 100% de los alumnos analizados se trataba de estudiantes que abandonaron o redujeron mucho el consumo de estas bebidas durante el periodo de análisis.
Por los resultados se pudo ver que los mayores consumidores de bebidas energéticas tuvieron un mayor nivel de riesgo en cuanto a terminar teniendo una adicción a la cocaína u otras drogas a partir de los 25 años. La cocaína se posicionó como la más consumida de todas ellas en combinación con un alto nivel de casos en los que se registraron alumnos que acabaron con dependencia del alcohol.
Lo que se pudo apreciar del estudio es que el consumo de bebidas energéticas no se encuentra relacionado ni con el consumo de marihuana ni con el del tabaco.
Desde la universidad encargada del estudio reconocen que necesitan hacer más pruebas, análisis e investigaciones a fin de poder determinar mejor la relación que existe entre las bebidas energéticas y la cocaína u otras drogas. Pero los resultados de este primer estudio dejan claro que existe una conexión y que es preferible que tengamos cuidado con el nivel de consumo de estas bebidas.