Los expertos en educación infantil recomiendan a los padres que no oculten las drogas detrás de una cortina oscura ni que las intenten encerrar en el trastero. Los niños oirán hablar de las drogas antes o después, por lo que es importante que la información que reciben llegue de sus propios padres. A partir de los 8 años es bastante común tener este tipo de conversación, o incluso antes dependiendo de lo maduro que sea el niño en cuestión o de la educación que esté teniendo.

Pero ¿Cómo hacerlo? No es fácil, pero hay una serie de consejos que se pueden aplicar con la intención de llevar a buen puerto este momento clave en el aprendizaje de tu hijo. Por ejemplo, es importante que seamos claros con la explicación y que dejemos claros aspectos como que las drogas son ilegales y que pueden ser dañinas.

Lo más importante es que no incentivemos la curiosidad o interés del niño por las drogas. Al mismo tiempo, tampoco hay que exagerar los riesgos a los que exponen las drogas. Si engañamos al niño o tratamos de exagerarlo todo y luego descubre que hemos exagerado, quizá crea que no era para tanto. Por lo tanto, hay que limitarse a la realidad.

Por supuesto, tú conoces a tu hijo mejor que nadie, así que eres la mejor persona para decidir qué es apropiado y qué no para tu pequeño. Valora la forma en la que puede absorber lo que le estás enseñando y lo que va a sacar claro de todo lo que le cuentes.

Es importante que hagamos especial hincapié en el efecto dañino que tienen las drogas en la mente y en el cuerpo, así como en los problemas a largo plazo que se pueden sufrir. Tu hijo no entenderá de inmediato lo que le estás explicando al 100%, pero esa información irá desarrollándose con el tiempo en su cabeza. Influencias externas como las noticias o películas le ayudarán a terminar de entender lo que representan las drogas y por qué no debería tomarlas. Además, recuerda que lo que ve en casa es un 90% de su aprendizaje, así que evita cualquier consumo.

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