Los puertos de todo el continente se han convertido en el punto de acceso de miles de traficantes que envían sus drogas desde Sudamérica a Europa. Los cargamentos llegan a diario sin ningún tipo de orden y haciendo uso de las técnicas más rebuscadas con el objetivo de intentar pasar desapercibidos para las autoridades. La droga necesita salir del puerto para que se convierta en un negocio. Y de eso se ocupan los recolectores.
Recientemente fue noticia cómo varios de estos recolectores casi mueren en un incidente en Róterdam, en Holanda. Allí se encuentra el puerto más grande de Europa, el cual, como es fácil imaginar, recibe a diario miles de cargamentos llenos de droga que proceden de países de América Latina.
Para que estos cargamentos puedan llegar a las calles, los narcotraficantes utilizan a los recolectores. Son jóvenes que buscan dinero fácil y que no tienen miedo, sobre todo porque se les instruye en seguir una serie de técnicas que les permitan alcanzar sus objetivos. No obstante, esto no siempre ocurre.
Es el caso de estos recolectores que estuvieron a punto de fallecer debido a que se quedaron encerrados en el contenedor donde se encontraba la droga que tenían que sacar. Normalmente, los recolectores tienen que pasar varias noches dentro esperando el momento ideal para salir con la droga cuando no hay seguridad o en el momento en el que se les da una señal. Pero el contenedor se quedó encerrado y el oxígeno se fue agotando poco a poco.
Desde el interior, en pánico, llamaron a las autoridades para pedir ayuda. ¿Pero cómo encontrarles entre miles y miles de contenedores? Al final, no se ha desvelado cómo, los agentes de Róterdam lograron dar con ellos por medio de “algunas cosas inteligentes” que hicieron. Pero que casi fallecieran no impide que estos recolectores sigan arriesgando sus vidas y que luego, la droga que sacan de los contenedores, exponga a más personas a morir de sobredosis.